¡Ay ese amor que de repente hace acto de presencia con una magnitud que acongoja! Te preguntas dónde se esconde el resto del año y te da en la nariz (por el olor) que el amor de Navidad es un amor de cloaca, bajuno, oscuro, que necesita de luces multicolores que lo disfracen. Durante todo un mes, la palabra amor se nombrará como indecente y cochino reclamo, se vomitará desde cualquier esquina, chorreará desde los luminosos comerciales y, de repente, desaparecerá por las alcantarillas. Y aquí paz y después gloria.

Los que conocen el significado de la palabra amor saben que con el amor no se juega, que no admite medias tintas y que, al igual que el verdadero dolor, es silencioso y no hace aspavientos. Cuando el amor está presente, el que tiene el corazón abierto lo ve.